
La transmisión a humanos ocurre a través de la picadura del mosquito Aedes aegypti, que es el principal vector. Otras especies de Aedes, tales como A. albopictus y A. polynesiensis también han sido implicados en la transmisión. Existen tres hábitats del virus dengue: el selvático donde constituye una enzootia, transmitiéndose entre primates, rural y urbano, donde afecta humanos en forma endémica o en brotes epidémicos.
Manifestaciones clínicas
El virus dengue produce desde una infección inaparente hasta una enfermedad hemorrágica fatal, dependiendo de algunos factores, como cepa y serotipo del virus, estado inmunitario, edad y genética del huésped.
El período de incubación es de 3 a 14 días (generalmente de 4 a 7) luego de la picadura del mosquito; es seguido por un cuadro de fiebre de inicio brusco, asociada a otros síntomas inespecíficos. La transmisión del virus a los mosquitos se produce en este período en que hay una alta viremia.
Existen tres cuadros clínicos característicos de la infección por virus dengue: Dengue clásico, Dengue hemorrágico y Dengue hemorrágico con shock.
Diagnóstico
El diagnóstico de Dengue está basado en criterios clínicos y de laboratorio, de los cuales, algunos son sugerentes y otros específicos.
Tratamiento
No existe terapia específica para Dengue clásico. Para Dengue hemorrágico se debe mantener observación y monitoreo estricto de signos vitales con reposición de volumen. El manejo del shock se basa fundamentalmente en el aporte de volumen con control del estado hemodinámico, del nivel de conciencia y del hematocrito. El uso de corticosteroides no ha demostrado ser beneficioso. Debe evitarse el uso de ácido acetilsalicílico para el manejo de la fiebre.
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